La importancia de la Medicina del Deporte en la actividad física.

Durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19, muchas personas se iniciaron en el deporte, realizando ejercicio en casa que todavía continúan. En cualquier caso, ya sea en casa o en el exterior, la actividad física siempre tiene beneficios para la salud. Contar con el asesoramiento de un especialista en Medicina del Deporte será garantía de un ejercicio realizado de manera óptima.

Actividad física: beneficios para todos

Cualquier tipo de actividad física ?empezando por caminar? supone la activación del sistema locomotor y cardiovascular, además de determinar un gasto energético. Todo ello supone un beneficio para la salud que la propia Organización Mundial de la Salud señala. De este modo, media hora de actividad física al día es suficiente para mejorar la salud, aumentar el bienestar y disminuir el riesgo de enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer, como el cáncer colorrectal y el de mama. La práctica deportiva también determina beneficios sobre el sistema locomotor, fortaleciendo la estructura de los huesos, los músculos y las articulaciones.

En este sentido, es importante averiguar cuál puede ser el mejor tipo de actividad física para cada uno en función de la edad, estado de salud, hábitos deportivos previos, disponibilidad, etc.

Beneficios para la salud de la actividad física

  • Beneficios de la función cardiovascular.
  • Baja los niveles de colesterol LDL (malo) y aumenta los niveles de colesterol HDL (bueno).
  • Reduce la glucemia en personas con diabetes tipo 2.
  • Disminuye la tensión arterial.
  • Mejora la capacidad pulmonar.
  • Reafirma los tejidos y la piel.
  • Fortalece huesos, disminuyendo el riesgo de fracturas.
  • Aumenta la masa muscular y el gasto energético.
  • Aumenta los niveles de endorfinas, la sensación de bienestar y mejora el estado de ánimo.

Consulta a un profesional del deporte

Existen profesionales del deporte, como los especialistas en Medicina del Deporte o los Diplomados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que pueden ser de gran ayuda para tomar la decisión adecuada en cuanto a la actividad más conveniente.

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Entrenamiento cardio

El entrenamiento cardio o la actividad física aeróbica incluye actividades de intensidad baja-moderada que se pueden realizar de forma prolongada en el tiempo. Ejemplos de este tipo de actividad son caminar, correr, ciclismo, natación, etc.

Por contra, el ejercicio anaeróbico incluye ejercicios cortos de alta intensidad, como el levantamiento de pesas y las carreras de velocidad.

Muchos deportes alternan ejercicios aeróbicos y anaeróbicos (fútbol, tenis, etc.).

El running está de moda

El footing, jogging o running son términos que se utilizan para designar una de las prácticas deportivas aeróbica más populares: correr. Se trata de una actividad sencilla que necesita pocos recursos. Se puede hacer en grupo o en solitario. La iniciación en el running tiene que ser progresiva y siempre atendiendo a las características físicas de cada uno.

Nutrición e hidratación

Además del entrenamiento, un factor clave para que la actividad física se desarrolle de manera óptima es el nutricional. Una dieta saludable que aporte todos los nutrientes y la energía necesarios es fundamental para optimizar el estado de salud y el rendimiento físico y deportivo.

De igual modo, una correcta hidratación con agua antes, durante y después de la actividad física es fundamental para reponer el líquido perdido.

Lesiones deportivas

Una vez que se ha iniciado una práctica deportiva existe un riesgo físico de lesión que vendrá determinado por diversos factores, como las características del deporte, el nivel de entrenamiento y las características físicas de cada individuo.

Cuando el deportista se somete a esfuerzos excesivos, estrés y sobrecargas producidas por la reiteración rutinaria de movimientos pueden producirse lesiones. Estas pueden afectar a todas las estructuras, incluyendo huesos, músculos, tendones y ligamentos.

Lesiones más frecuentes

En los deportes de fuerza (bodybuilding, halterofilia, etc.) las zonas más afectadas por las lesiones suelen ser el hombro, las lumbares, la rodilla, el codo y la muñeca.

En deportes más aeróbicos como atletismo, deportes de equipo, etc., las lesiones más comunes suelen ser lesiones de sobrecarga, tendinopatías, fracturas de fatiga, lesiones agudas de rodilla por traumatismo y esguinces de tobillo.

Lesiones de rodilla

La rodilla es una de las estructuras anatómicas más proclives a presentar lesiones, dada su complejidad y el tipo de movimientos y de carga mecánica que debe soportar. Dentro de las lesiones más habituales de rodilla se encuentran la condropatía rotuliana, las tendinitis y los problemas de ligamentos.

Esguince de tobillo

Se trata, seguramente de una de las lesiones más habituales, no solo en la práctica deportiva, sino en la vida común. Puede ser una lesión mínima que mejore en muy poco tiempo o una lesión compleja que requiera, incluso, de una intervención quirúrgica.

En un esguince leve, se produce un estiramiento o rotura parcialmente de un ligamento. Por el contrario, en un esguince grave, el ligamento puede romperse por completo.

El dolor puede llegar a ser intenso, impidiendo que la persona afectada pueda llevar a cabo su vida normal.

Tras producirse el esguince, es preciso bajar la inflamación con hielo e inmovilizar el tobillo con una venda y tener reposo.

Una vez que la inflación ha revertido y el dolor ha disminuido (esto puede durar pocos días o semanas, dependiendo de la gravedad del esguince) se puede comenzar a ejercitar el tobillo, empezar los apoyos con la pierna afectada y empezar a fortalecer los músculos de la pierna.

Lesiones de hombro

Otra de las lesiones más comunes es la que afecta a la articulación del hombro. De hecho, el hombro es una estructura compleja en la que confluyen varias articulaciones que determina la variedad de movimientos del brazo.

Uno de los problemas más habituales en el hombro es el que afecta al manguito rotador. Los músculos y tendones que lo forman recubren la cabeza del húmero -el hueso del brazo- y lo adhieren al omóplato. Hay un saco lubricante llamado bolsa (o bursa) entre el manguito rotador y el hueso en la parte superior del hombro (acromion). La bolsa permite que los tendones del manguito rotador se deslicen libremente cuando usted mueve el brazo.

El dolor del manguito rotador es común en deportistas que utilizan los brazos, como nadadores, lanzadores, levantadores de pesas y tenistas. También suele afectar a personas de mediana edad.

En la mayoría de los casos, no suele ser necesaria la intervención quirúrgica para su tratamiento. Para ello se recurre al reposo (evitación de actividades del brazo por encima de la cabeza) y tratamiento farmacológico con analgésicos antiinflamatorios.

También es recomendable la fisioterapia. Los ejercicios de estiramiento para mejorar el rango de movimiento pueden resultar de gran utilidad.

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